Los amuletos y talismanes son usados desde antaño para atraer la buena suerte y prevenir desgracias. Si bien no son lo mismo, su uso es similar. Para algunos entendidos los amuletos se usan para proteger a quien lo posee, otorgándoles bienestar, siendo cualquier objeto que nosotros le entreguemos el valor de amuleto, mientras que el Talismán sería para atraer la buena suerte y generalmente son objetos o símbolos específicos que se usan desde la antigüedad. Sin embargo, en la actualidad podemos encontrar ambas cosas en uno.

RITUALIZAR EL TALISMÁN

Los metales, las piedras, las aleaciones poseen su propia fuerza. Sin embargo, para que surtan efecto cada uno se tiene que armonizar con la energía que te está transmitiendo.
Todo amuleto o talismán debe ser ritualizado para que alcance su máximo poder benéfico. Bastaría con concentrarse en el objeto , transmitiendo mentalmente tu energía, a la vez que visualizas las escenas de lo que pretendes conseguir.

ENERGÍA POSITIVA: cuando se considera que ese talismán ha absorbido ya demasiados efluvios negativos hay que limpiarlo con sal marina o poniéndolo bajo el agua corriente para que se eliminen las impurezas. Y mientras se lava tienes que pensar que se está yendo todo lo negativo, unir tu poder mental a la fuerza del agua. Conviene dejarlo a la influencia del sol y de la luna 24 horas para que se cargue de energía positiva.

PARA QUE SIRVEN

Cualquier objeto, natural o fabricado, con propiedades protectoras para quien lo lleva es un amuleto. Se distingue de los talismanes en que éstos suelen elaborarse con un objetivo específico, atraer dinero, amor, salud……
Entre los más utilizados destacan la Cruz de Caravaca y la Cruz Egipcia (alejan la enfermedad y la envidia), el ojo de Horus, la higa o figa (ambos contra el mal de ojo) y la pirámide de cuarzo, que ayuda a equilibrar las energías.